Pues bien, a pesar de todas estas características positivas de la Voicecraft, encuentro que, en algunos aspectos puede no ser suficiente, porque es muy (¿demasiado?) “racional” y algo “mecánica”. En definitiva, que lxs cantantes no somos robts. En mi larga experiencia dando clases de canto, he podido apreciar que este sistema puede no funcionar bien con cantantes que son muy intuitivos y emocionales.
Hay personas que se aburren con los contenidos teóricos e “hiperrracionales” porque quieren llegar a práctica ya. Además, no siempre tienen la paciencia para estudiar concienzudamente todas las posiciones y desean (porque son capaces) encontrar el sonido de manera intuitiva y sin pasar por tantos preámbulos.
Por otro lado, hay muchos aspectos del canto que van mucho más allá de la técnica. En primer lugar, están los aspectos musicales, como son la entonación, el ritmo, el timbre, el fraseo, las dinámicas de intensidad (“forte/piano”), la importantísima relación entre letra y melodía etc etc etc...., que, obviamente, se tienen que aprender paralelamente al entrenamiento vocal.
En segundo lugar está la cuestión de la “expresión”, que es la capacidad de transmitir emociones a través del arte en general y de la música en concreto. Algunxs maestrxs, creen que la expresividad es un don innato, un talento que, o se tiene de nacimiento o no se puede adquirir, como una marca de fábrica.
Yo no estoy de acuerdo con este innatismo y, aunque acepto que hay personas mejor dotadas para la música que otras, estoy convencida de que la capacidad de emocionar se puede construir con entrenamiento.
Eso sí, creo que ese entrenamiento no puede ser “racional”. Tiene que venir del cuerpo, de las sensaciones y de la irracionalidad, para poder llegar a las emociones. Las técnicas para conectarnos con el cuerpo emotivo, pueden provenir del teatro, de la danza, de las terapias artísticas, de la eutonía, incluso del Yoga... y son las más adecuadas para trabajar esa dimensión subjetiva del canto.
En realidad Jo Estill era muy consciente de esto. Por eso declaraba que Voicecraft se inscribía en el apartado de la ciencia objetiva y no se ocupaba de los aspectos “espirituales/mágicos/subjetivos” del canto. Con esto ella no subvaloraba esa otra vertiente emocional de la música, ella era cantante y sabía muy bien de su importancia. Unicamente afirmaba que la EVTS no se ocupaba de ello.
Como terapeuta artística, yo reivindico que la “magia” existe y que se debe trabajar con ella en las clases. No me refiero a una magia sobrenatural, por el contrario es totalmente natural. Es la magia de expresar, de liberar, de emocionar, de transmutar emociones (convertir lo negativo en positivo) y de lograr sentirnos mejor y “alegrarles la vida” a otras personas.
A través del canto podemos “encantar” y el canto puede ser un “hechizo” positivo en nuestra vidas. Si embargo, toda esta magia, aunque también se puede entrenar y desarrollar, no es EVTS. Pero esto es algo sobre lo que profundizo en otros artículos...
Gracias por haber llegado hasta el final de este largo artículo.
Os mando un abrazo musical y hasta pronto....
Cristal Méndez